¡Cuánto lo necesita nuestro mundo! Arrogante y empeñado en vivir como si Dios no existiera, desconoce la luz, la fuerza, la paz de la vida del Espíritu -¡la Vida!-. ¡Cuánta responsabilidad para quienes decimos creer en Dios! (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Tenemos muchos ejemplos de personas que dieron este testimonio. Comenzando por los apóstoles y los primeros discípulos, después las primeras comunidades cristianas, que testimoniaron a Dios con sus vidas e hicieron llegar hasta nosotros esta riqueza de la fe.
Ahora es nuestro turno. Tenemos este inmenso tesoro que no se puede dejar solo para nosotros. Vamos a compartirlo con todos. Vamos a llevarlo hasta los confines de la tierra.
La forma más eficaz de compartir el gran don de la fe que hemos recibido es, ante todo, a través del testimonio.
Quien nos observa cuando cumplimos lo que Dios nos pide, creerá y dirá en su corazón: ¡Dios existe y me ama inmensamente!
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento