Llena el corazón saberlo: que, desde mi corazón, esté donde esté y como quiera que esté, puedo trabajar en esta "obra pacificadora" del mundo, simplemente "pacificando" mi propio yo que suele ser mi peor enemigo. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
No se puede llegar a la cima de la montaña sin escalar. Por tanto, si quiero un mundo de paz debo empezar con pequeños gestos. Dentro de la familia, entre los amigos, en el ambiente de trabajo, en la sociedad en general. No hacerlo sería excluirme en la construcción de un mundo mejor, de un mundo nuevo.
Llevo la paz dentro de mí y la llevo a todas partes. La paz que dejó Jesús, su paz, que ni siquiera la guerra puede destruir.
La paz que es serenidad ante las adversidades, convicción en medio de las incomprensiones, confianza en el lugar de la desesperación, entrega total en las limitaciones, fe ardiente que enfrenta lo imposible y amor infinito que supera todas las pruebas.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento