¿Creo yo que el Niño que festejo en Navidad y adoro adulto Crucificado, ha vencido la muerte, está vivo y yo también resucitaré como Él? Pues toca demostrarlo, que se me note que vamos camino de una vida inmortal. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Cristo resucitó de entre los muertos y nosotros podemos dar testimonio. No tratando de probar la resurrección de los muertos, que sucederá algún día, sino testimoniando que podemos resurgir de las cenizas de la indiferencia para amar al prójimo; que podemos renacer de las raíces del desánimo, para hacer florecer vida nueva por medio del amor; que podemos reavivar el amor entre nosotros, el amor que viene de Dios y que supera el odio, los rencores, los dolores y los disgustos de la vida.
Podemos testimoniar al Resucitado con la alegría que Él infunde en nuestros corazones y que nadie puede quitarnos. Ni siquiera el dolor puede cancelarlo.
Podemos testimoniar al Resucitado también a través de nuestro dolor, que junto al del Crucificado, preanuncia la resurrección y la victoria del amor sobre el pecado y sobre la muerte.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento