Hoy solo voy a copiar un extracto de la Palabra de Vida de febrero de 2016, donde tenemos un escrito de Chiara Lubich que es una verdadera oración y, al mismo tiempo, un compromiso.
“Señor, dame a todos los que están solos… He sentido en mi corazón la pasión que invade al tuyo por todo el abandono en que está sumido el mundo entero. Amo a todo ser enfermo y solo. ¿Quién consuela su llanto? ¿Quién llora con él su muerte lenta? Y ¿quién estrecha contra su pecho el corazón desesperado? Haz, Dios mío, que sea en el mundo el sacramento tangible de tu amor: que sean tus brazos, que abrazan y transforman en amor toda la soledad del mundo”
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Es como ofrecer al sediento un vaso de agua mirándole a los ojos. Si prestamos "atención a lo interior", ahí, en el fondo de nuestra alma, corre siempre fiel la "fuente del Mayor Consuelo", el Amor de Dios, que reconforta incluso sin palabras. (P.M.)