Hay varias formas de reforzar el amor mutuo entre nosotros: ante todo no dejar de cultivarlo ahora, en el momento presente, porque él no se sostiene por mucho tiempo con cosas del pasado.
Olvidar los pequeños resentimientos y perdonarnos recíprocamente.
Aumentar cada día el compromiso de crecer en el amor, haciendo cada uno su parte.
Estar dispuestos a acoger al otro como es, amándolo incondicionalmente.
No pretender recibir una respuesta correspondiente al amor donado.
Y, finalmente, evitar cualquier tipo de juicio que pueda romper, dentro de nosotros, la relación con el otro.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Qué mal crece un bebé cuando no hay amor en casa! Dios vive entre nosotros cuando nuestro amor mutuo es seno y hogar que lo hace nacer y crecer. "Bendito el fruto de tu vientre", rezamos. Y Ella, la Virgen, nos enseñará a ser el hogar de Dios. (P.M.)