Para tener una conciencia recta, es necesario dejarme instruir por las enseñanzas del bien, del amor y de la justicia.
El camino seguro para esto es la vida de caridad: vivir el amor fraterno en todas las situaciones; lo que significa tener siempre esta intención como primer propósito del día
Reflexionar sobre el bien que puedo hacer y el mal que puedo evitar; cultivar el deseo de amar a todos; tomar siempre la iniciativa de amar primero; reconocer la presencia de Dios en cada prójimo. Así es como escucho la voz de la conciencia.
Cuando escucho la voz de la conciencia permanezco dentro de la voluntad de Dios en todo lo que hago, en todo lo que pienso y digo.
La voz de la conciencia me ayuda a caminar seguro y en la dirección correcta. Es la brújula de Dios dentro de mí.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Hace bien recordar hoy a Bernardita de Lourdes "escarbando en la tierra" para dar con el manantial. "Escarbar" en mi conciencia cada día me permite refrescar el alma con "agua viva", la Voz de Dios. Es Palabra que sacia, la Verdad. (P.M.)