Ser benévolo significa desear sólo el bien del otro. No sólo de las personas que también quieren nuestro bien, sino el bien de todos, también de quien nos odia y nos ofende.
Dios es bondadoso también con los ingratos y malos. Si somos misericordiosos con todos, seremos reconocidos como hijos del Altísimo. (Cf. Lc. 6,35)
Ser acogedor es tener el corazón abierto a la gente que pasa a nuestro lado; es estar disponible para escuchar y servir.
Cuando somos benévolos y acogedores, Dios se acerca a nosotros y nos concede su luz, su paz y su gracia.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Cercanos; mostrando al mundo la forma de ser de Dios -Suma Bondad- que "no echa afuera" a nadie que se le acerque, incluso busca a la "oveja perdida". Benevolencia es "querer el bien" de todos, sean quienes sean. Sin exclusiones. (P.M.)