No ahorrándonos las fatigas del camino sino viviéndolas con nosotros. Alguna vez podremos incluso experimentarlo sensiblemente, otras, muchas, será la suya una presencia callada. Él sabe cómo estar; mejor no intentar enseñárselo. (P.M.)
“No temas;… Yo estoy contigo” (He. 18,9-10)
Dios nos habla en las Sagradas Escrituras, pero también en todas las circunstancias de la vida. Lo importante es mantener la fe en su amor que nos acompaña siempre.
Personas aparentemente muy frágiles, como Madre Teresa de Calcuta y tantas otras, realizaran obras de bien que perduran en el tiempo.
Creyeron que Dios estaba con ellas y que muchas veces, escoge a débiles para confundir a los fuertes. (Cf. 1Cor. 1,26-31)
La presencia de Dios es constante, somos nosotros que no la percibimos cuando queremos creer en nuestras propias fuerzas.
Tratemos de recordar que tanto en las conquistas como en las dificultades, Dios está con nosotros y nos acompaña a lo largo del camino.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento