El pecado -que es desobedecer a Dios- es una palabra incómoda, pero es la raíz profunda del Mal (el odio y la guerra) al que asistimos impotentes. Dios, "Llama de Amor viva", sigue dando su Espíritu "a los que le obedecen". Él es nuestra paz. (P.M.)
La paz se conquista y se construye, sin embargo podemos usar nuestra creatividad para llevarla a los corazones de todos y para mantenerla en el nuestro.
La paz es fruto del amor que conduce a la comprensión recíproca, la aceptación de las diferencias y a la convivencia armoniosa incluso entre opuestos.
El niño jugará con la serpiente, el lobo convivirá con el cordero, la vaca y el oso pastarán juntos. Esta imagen de convivencia, narrada por Isaías en el capítulo 11, retrata la paz que se alcanza a través del amor recíproco.
Lo que parece imposible a los ojos humanos, el amor lo logra con sus “invenciones”; parece un sueño, pero es un sueño de Dios, por lo tanto posible.
Que todos seamos testimonio de que la paz es posible.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento