Si "el que odia a su hermano es un homicida", ¡cuánta muerte estremece hoy el corazón de Dios Padre y de toda la familia humana! Junto a millones de hermanos y hermanas, la reparación más urgente es nuestra paz y concordia fraternas. (P.M.)
Para construir la paz debemos comenzar dentro de nuestro corazón. Tener pensamientos y acciones que conduzcan a la paz, tener un espíritu pacífico en cualquier situación. Nunca pensar en venganza u ofensa de ninguna naturaleza.
Ser defensor de la vida en todas las circunstancias y dejar que llegue a su fin natural.
Para tener paz interior es necesario equiparse con armas de amor y de perdón.
Para vivir en paz con todos es necesario desarmarse del odio y del rencor y armarse solo de misericordia.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento