Cuesta, pero es lo único por lo que vale la pena vivir. El amor es el alma de nuestro crecimiento, como personas y como sociedades. Pero ello exige mucha atención interior, calma, pensamiento, humildad, silencio.... (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuando vivimos amando, comprendemos mejor las necesidades de todos y nos damos cuenta de las necesidades de cada uno individualmente.
Así como el buen pastor que va en busca de la oveja perdida (cf. Mt 18,12-14), quien vive amando, cuida de todos, pero está atento a quien necesita más de su ayuda.
Hoy estemos atentos a aquella persona que se parece más a la oveja perdida y vayamos a su encuentro para traerla nuevamente a la convivencia del amor mutuo.
Procuremos vivir amando y demostrar con hechos nuestra disponibilidad de servir a todos. Pero, en primer lugar, a quienes más necesitan de nuestra atención.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento