Las dificultades existirán siempre. Aunque queramos descartarlas, ellas siempre estarán presentes en nuestras vidas. La forma en que las afrontamos es lo que podemos cambiar: siendo fieles al amor, siendo vigilantes en el amor.
Podemos amar bajo cualquier circunstancia, porque el amor implica intención, voluntad y acción.
Tener intención de amar es ser vigilante, porque el deseo de amar ya es amor.
Decidir amar por propia voluntad es ser vigilante, porque amar es tomar la mejor decisión en cualquier situación. Incluso cuando estamos enfermos, en una cama, podemos amar, porque ofrecer nuestro dolor a Dios en favor de los demás, obra milagros.
Actuar concretamente motivado por el amor es ser vigilante, porque amar significa arremangarse y actuar, estar disponible, es donar nuestro tiempo, es estar dispuesto a dar la vida por amor a los hermanos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento