Como Él, seremos portadores de alegría y de esperanza, de concordia y de paz, es decir, de un mundo reconciliado con Dios. , que toda la creación espera ." Chiara Lubich
¿Verdad que un santo triste es un triste santo, es decir, un mal ejemplo? No somos buenos hijos de Dios -niños, por tanto, del Reino de los cielos- si no le ponemos a la vida una chispa de humor y de espíritu positivo. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La alegría no es la risa y la carcajada, es algo interior que nos da la certeza de ser amados, que despierta la confianza y la fe en el amor de Dios.
La alegría no es simplemente diversión, es un estado de ánimo que proviene de la promesa de Jesús cuando dijo que nuestra tristeza se convertiría en alegría y que nadie podrá quitárnosla del corazón. (Cf. Juan 16,20-23)
Es el descubrimiento de Dios en nuestra vida, de su presencia en nuestro corazón y entre nosotros.
Con nuestra vida podemos ser distribuidores de esta verdadera alegría, testificando que somos personas alegres, felices, llenas del amor de Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento