Son, sobre todo, las relaciones humanas lo que ilumina u oscurece este mundo; y es nuestra capacidad de generar confianza y amor reciproco lo que alumbra nuestra existencia. Como unir los polos enciende la luz eléctrica. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
No tenemos la luz en nosotros mismos, pero cuando vivimos el amor somos iluminados por una luz que viene de lo alto.
Cuando encontramos a Jesús en nuestra vida, su luz nos acompaña siempre, como una transfiguración constante: Él, plenamente iluminado, nos ilumina.
Podemos llevar Su luz a nuestra vida diaria, a nuestras familias, a nuestro trabajo, al mundo entero, en todos los ambientes donde vivimos.
Su luz ilumina sobre todo los momentos de oscuridad que pasamos. Ilumina y nos da fuerza, y coraje para afrontarlos, para vivir cada momento en la luz.
Nuestra oscuridad, iluminada por la luz de la transfiguración de Cristo, ilumina también la oscuridad de quienes están a nuestro alrededor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento