Benditos gestos sencillos de amabilidad, pequeños servicios de la vida cotidiana, que elevan la convivencia, rompen distancias, despiertan los corazones y crean un clima feliz de amor mutuo. Vamos a ello.. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El servicio concreto al prójimo es el amor que deja de ser sólo una intención y se convierte en acción.
La forma de concretizar este servicio es sencilla, pero requiere toma de decisiones e implica un acto de voluntad.
Servir concretamente es hacer a todas las personas que encontramos durante el día exactamente lo que nos gustaría que ellas hicieran por nosotros. Especialmente si la persona estuviera con alguna necesidad.
Dar de comer, dar de beber, vestir, acoger, visitar, son acciones concretas que Jesús considera como hechas a él mismo.
También podemos servir concretamente con consejos, con una amonestación, con la instrucción y la información, con nuestra paciencia y nuestro perdón y, lo más importante, con la oración.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento