Basta parar un poco, "cerrar la puerta"... y ahí está Él dentro de mí esperándome para decir conmigo: "Padre nuestro que estás en el cielo". "El cielo" que es mi "cuarto de estar" donde soy lo que soy, sin falseamientos. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El primer paso para estar en silencio con Jesús es callar interiormente. Silenciar todas las voces que puedan ahogar la suya.
Nuestras ideas, los deseos, las súplicas, los lamentos, incluso hasta las buenas intenciones. ¡Callar todo!
Saber escuchar Su voz en lo más profundo de nuestro ser, en nuestra conciencia, en los sentimientos virtuosos que Él genera en nuestros corazones.
Dedicar momentos exclusivos de silencio interior para estar en Su presencia.
Mantener este coloquio silencioso durante todo el día: en el trabajo, en las tareas del hogar, en la relación con las personas, en circunstancias inesperadas e imprevistas, en momentos de decisión.
Saber escuchar su voz y dialogar con Él, de corazón a corazón, con la mente abierta para acoger todas sus manifestaciones.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento