Cuando, por gracia del cielo, ha prendido en el corazón el buen amor, él solo crece y se abre cada vez más al bien de los demás. Y buscamos cómo servir, ayudar, aliviar... Somos a imagen de Dios Amor. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
El compromiso con el bien común comienza en la vida personal de cada uno de nosotros: en el hogar, en el trabajo, en la escuela, en la comunidad, en nuestras ciudades, en nuestros países.
Sin embargo, nuestro compromiso con el bien común no puede tener sólo una connotación política y social. Debe ir más allá y pensar en el ser humano en su conjunto, también desde el punto de vista espiritual.
El bien común es todo el patrimonio humano y divino, al que tenemos derecho y que debemos dejar como legado para las generaciones futuras.
El bien común es toda la Creación que nos fue confiada por Dios y que debemos cuidar, que debemos preservar, para un día entregarla en las manos de Dios como cielos nuevos y una tierra nueva.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento