Seguramente no lo evitaré, pero lo superaré si en esa dificultad no me siento solo/a y desvalido/a, sino sostenido/a por la mano providente de Dios que "no permitirá que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas" (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Jesús en su condición humana sintió miedo y exclamó: "Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz" (Mt 26,39), pero inmediatamente añadió: "Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya ".
Jesús cumplió su misión hasta el final, pasando por el sufrimiento más atroz. Aceptó todo por amor y el amor venció al miedo.
Delante de cualquier dificultad, también nosotros podemos amar con un amor extremo, que supera el miedo, el dolor e incluso la muerte.
Lo importante es no dejar que las dificultades se conviertan en un freno para el amor. Podemos amar incluso en el dolor, incluso ante los problemas. ¡Siempre podremos amar!
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento