"Demos concretamente a los que nos rodean, la certeza de que al dar a otros le estamos dando a Dios. Nuestro dar libera las manos de Dios que en su providencia nos llena superabundantemente para que podamos dar nuevamente, y dando mucho, recibir más, y de esta manera conocer las Innumerables necesidades de muchos. "
Chiara Lubich
La Navidad nos lo ha dicho: Un Niño, una criatura como nosotros, ¡es Dios! ¿No es la invitación más entrañable a que tratemos con ternura esta carne nuestra, así asumida y elevada por Él, sobre todo cuando vivimos su fragilidad? (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Cuando vemos a alguien en necesidad, nace espontáneamente un sentimiento de ternura por esa persona. Creo que es natural del ser humano sentir compasión, empatía y amor. Aunque, algunas veces, nuestro corazón esté endurecido por el desgaste emocional o por las trampas del individualismo egoísta, en nuestra esencia somos solidarios y compasivos.
Con pequeños gestos de amor podemos ofrecer consuelo, esperanza y dignidad a quien sufre.
Podemos aliviar el sufrimiento y brindar consuelo emocional a quien está a nuestro lado y se encuentre en necesidad.
¿En qué consiste exactamente expresar ternura en estos casos?
Dar espacio para compartir, escuchar atentamente, dar un abrazo cálido, ya sea físico o simplemente simbólico, utilizar palabras de aliento que puedan motivar e inspirar, transmitir alegría, mostrar preocupación sincera, ofrecer compañía y apoyo.
Todo esto significa amor y lealtad, que son frutos del Espíritu. (Cf. Gál 5,22)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento