Es el primer movimiento del amor bueno: antes de descargar lo nuestro, interesarnos por lo que vive el otro. El Papa Francisco lo llama "primerear". Dios ama así: viene a nosotros y se hace de nuestra carne. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Para dar este paso, es necesario salir de mí mismo, salir de mi comodidad, de mi zona de confort, para atender a quienes me rodean, con una actitud de entrega, de disponibilidad al servicio.
Puedo ir al encuentro de los demás con un gran deseo de compartir, de comunión. No pensar sólo en dar alguna cosa, sino, sobre todo, compartir las alegrías y los dolores.
Intentaré estar más atento a quienes están a mi lado en este momento presente: puede ser un amigo, un familiar, un pobre, un enfermo, cualquier persona.
Conocerlos uno por uno, reconociendo la persona de Jesús presente en ellos. Uno por uno o incluso en grupo.
El sentimiento que me hace atender a los demás es la compasión: cuando, con puro amor, vivo con el otro su vida, sus pasiones.
Atender a los demás para ser una sola cosa, por medio de Jesús presente entre nosotros.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento