...los Padres, coherentemente, entienden el pecado como la destrucción de la unidad del género humano, como ruptura y división.
Por eso la redención se presenta precisamente como el restablecimiento de la unidad en la que nos encontramos de nuevo juntos en una unión que se refleja en la comunidad mundial de los creyentes.
"Dichoso el pueblo cuyo Dios se el Señor" Salm 144,15
Para formar parte de este pueblo y llegar a vivir con Dios eternamente, es necesario el amor que brota de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera.
Esta vida verdadera, hacia la cual tratamos de dirigirnos siempre de nuevo, comporta estar unidos existencialmente en un pueblo y solo puede realizarse para cada persona dentro de este nosotros. Precisamente por eso presupone dejar de estar encerrado en el propio yo, porque solo la apertura a este sujeto universal abre también la mirada hacia la fuente de la alegría, hacia el amor mismo, hacia Dios.