No solo creer que Él existe; necesito del "sentimiento de su presencia", darme cuenta de que está, me ve, me siente, me acompaña... y me corrige, aunque duela, como buen Padre. Eximidos de esa corrección, "seremos bastardos, y no hijos" (Heb 12,8).
(Padre Manolo Morales o.s.a.)
Hoy se celebra el Bautismo del Hijo de Dios.
La frase misma nos dice que no basta aceptar la paternidad de Dios como una verdad, sino que es necesario vivir como tal. Es decir, seguir todas sus enseñanzas de amor.
Significa tener amor incondicional y compasivo para cualquier persona que está a nuestro lado.
Sentirnos hijos de Dios es también tener fe en su Providencia: saber que Él conoce todas nuestras necesidades y nos da todo lo que realmente necesitamos.
Vivimos como hijos de Dios cuando le agradecemos por todas las bendiciones que recibimos.
Somos hijos de Dios y por eso lo buscamos: en la oración y en la meditación de su Palabra; en la adoración y la alabanza; en el servicio y la ayuda a los demás, reconociendo su presencia en cada persona.
Abrazos,
Nacimiento de Apolonio Carvalho