Proponernos de entrada ese objetivo nos asegurará un día fecundo y feliz. Luego, las circunstancias, por las que Dios también se expresa, nos dirán cómo se concreta esa disposición; pero el amor habrá dado a todo un valor eterno. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
En otras palabras: estar presente, escuchar y servir, creando vínculos significativos con los demás.
Podemos dar prioridad a los momentos de compartir, demostrar interés por la vida del otro con sinceridad, con un servicio concreto.
El otro debe entender que nos preocupamos por él, que él es importante para nosotros.
Servir al otro con disponibilidad no es sólo un acto de piedad cristiana, cuando hay un bienhechor y un beneficiado, sino que es una prueba de que somos verdaderamente hermanos. Es, ante todo, un acto de fraternidad.
Cuando nos hacemos presentes en la vida de alguien mostrándole disponibilidad, somos un regalo de Dios para él.
En definitiva, estar disponible y servir a los demás es servir a Dios. (Cf. Mt 25,40)
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento