Que son cada vez más el mundo entero; porque se extiende, gracias a Dios, la sensibilidad y el sentido solidario de esta familia universal que somos: Comida, ropa, alojamiento, acogida... Y, donde no llegan nuestros brazos, que llegue el corazón. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
La actitud simbólica de abrir los brazos e, implícitamente el corazón, es un gesto de acogida, de amor y aceptación sin prejuicios, que transmite comprensión al otro.
Este amor sin distinciones es fruto de una fe sólida de quien cree en la presencia de Jesús en el prójimo. Es a Él a quien dirijo mi amor. Yo creo esto.
Quiero salir al mundo con los brazos abiertos para acoger y ofrecer ayuda a quien la necesita, para aceptar como propios los sentimientos del otro, para compartir con él sus sueños y sus dolores.
Quiero ir por el mundo con el corazón totalmente abierto, para amar a cada prójimo como a mí mismo, para estar presente en su soledad, para escuchar su silencio, para enjugar su llanto escondido, para descubrir juntos el Camino que lleva a la vida y a la felicidad.
Abrir el corazón y los brazos significa ofrecer consuelo en el calor del amor fraterno.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento