Quién está en paz consigo mismo y con Dios expresa esta paz en todos sus actos y palabras; da el primer paso para la reconciliación si la relación estuviera rota; perdona las ofensas recibidas.
“Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.” (Mt. 5,23-24)
Prestemos atención: Jesús no dice “Si tienes algo en contra de tu hermano”, sino “si tu hermano tiene alguna queja contra ti”. Esto para demostrar que debemos dar el primer paso, no sólo cuando somos nosotros los que ofendemos al otro, sino incluso cuando fue el otro que nos ofendió.
Quien promueve la paz sigue la lógica de la justicia de Dios y ama en primer lugar, da el primer paso.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
No serán grandes pleitos los nuestros, tal vez cosas pequeñas, roces, defectos... ¡Vamos a mirarnos como Dios nos mira! Si todos somos "luces y sombras" ¿sirve fijarse solo en lo que molesta del otro, como si en él no hubiera luz? (P.M.)