Jesús nos enseñó a rezar de forma breve y directa, con una oración que resume alabanza, adoración, adhesión a la voluntad del Padre, súplica por nuestras necesidades diarias, pedido de perdón, que ruega por intercesión para que no caigamos en la tentación del pecado y para librarnos de todo mal. Es la oración del Padre Nuestro.
Una oración sencilla, recitada en un lugar tranquilo, donde podamos estar delante del Padre, que ya conoce de antemano todas nuestras necesidades.
Una oración intensa, que a veces se recita en el silencio de nuestro corazón y resuena en el cielo de donde nos viene una lluvia de bendiciones.
Una oración individual y al mismo tiempo comunitaria, porque al decir “Padre Nuestro” nunca rezamos solos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Por muy enmarañados que se presenten los acontecimientos, el alma humana, "sellada de inmortalidad", sabe que solo desde una perspectiva eterna las cosas tienen sentido. Dejarnos educar por Dios en esa fe es adquirir "un corazón sensato". (P.M.)