La justicia de Dios es perfecta, pero puede confundir a los sabios de este mundo porque se basa en el amor que es misericordia.
Un corazón sinceramente arrepentido es purificado y sin castigo, porque el amor anula un sinnúmero de pecados.
Nunca es tarde para recomenzar, nunca es tarde para vivir según la justicia.
El que ama es justo y es imparcial porque ama a todos sin distinción.
El que ama vive según la justicia, porque practica y sigue la ley por excelencia: la caridad.
No perdamos más tiempo, busquemos el Reino de Dios, que es la fraternidad construida entre nosotros; busquemos su justicia, que es tener un corazón misericordioso.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Y uno se pregunta: ¿Que Dios reine y gobierne y ponga orden en mi vida es mi primera preocupación? ¿Quién gobierna mi casa? ¿Y la sociedad? Que nos ayude en ello la "Reina del cielo". Las madres lo hacen a su manera, con el corazón. (P.M.)