Dios siempre nos sorprende.
Cuando merecemos su castigo, nos muestra su amor misericordioso y nos indica un nuevo camino.
Cuando lo amamos con un corazón sincero, se anticipa a nuestras necesidades con su Providencia.
Cuando nos donamos con generosidad, no se deja vencer y nos revela su presencia en la naturaleza, en nosotros y en las circunstancias.
Dios nos sorprende con su comprensión, con su amor infinito por nosotros, con su paciencia, su bondad y su compasión.
Dios incluso nos sorprende dándonos el céntuplo de todo lo que habíamos dejado por amor a Él.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Qué bien nos lo enseña la sabiduría popular! Que nuestros programas lleven siempre una condición: "si Dios quiere", "Dios mediante". Y caminar, vivir, sufrir... contando con Él, que es el Amor, será siempre nuevo, luminoso, sorprendente. (P.M.)