No siempre sufrir de soledad significa estar realmente solo. A veces, hay personas que incluso viviendo con muchas otras personas, se sienten solas y abandonadas.
Podemos estar con estas personas en sus angustias, conocer sus sueños y deseos, hacerlas sentir que existen y que estamos presentes en sus vidas. Esto se puede hacer incluso en la distancia.
Alcanzar sus silencios con nuestro silencio, tocar sus corazones con nuestro corazón y no tanto con palabras.
Vivir con ellas sus vidas, “hacerse uno” en la alegría y en el dolor.
No esperar que la otra persona se presente en nuestra vida, sino tomar la iniciativa.
Cuando el amor está presente, la soledad no existe.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Es tiempo de movilizar los corazones, para que no "se le hiele la sangre" a este mundo nuestro ante el Mal y el Odio y la División. Si el Corazón de Dios me ama con un Amor eterno ¿en qué otra fuente beberé yo el amor a los demás? (P.M.)