El temor de Dios es un regalo del Espíritu Santo en nuestra vida.
No veo tanto como miedo de ser castigado por Dios, sino celo por su voluntad. Es la conciencia de que la voluntad de Dios es siempre lo mejor para mí.
Es el cumplimiento de la voluntad de Dios; es decir, vivir en el amor es lo que realmente me hace feliz.
Mis elecciones me dan una plena realización cuando están de acuerdo con el plan de amor que Dios pensó para mí.
Mi adhesión libre y consiente a sus planes satisface todos mis anhelos.
Cuál es su plan para mí? Que pueda amar a todos; que yo ame siempre y en cualquier situación.
Construyo mi vida, cuido mi futuro, elaboro y realizo mis proyectos. El temor de Dios me ayuda para que todo tenga como base el amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Dichoso porque "vive en casa" como hijo seguro y querido. ¿Podríamos ser dichosos sin amar y respetar a Dios, despreciando su Ley escrita en el corazón? Un buen hijo cultivará siempre "la verdad, la caridad y la humildad". (P.M.)