Dios espera de nosotros una sincera adhesión a su voluntad, una confianza total en su amor.
Cuando nos sintamos pequeños, incapaces, débiles, confiemos en su poder, que elige lo débil y pequeño para confundir a los grandes y fuertes.
Cuando nos sentimos sin preparación, sin respuestas a los problemas que nos afligen, confiemos en el don del entendimiento, en su luz y en su sabiduría.
Cuando nos sentimos amenazados por el poder del mundo, por los peligros y trampas que pueden debilitar nuestra fe, confiemos en su fortaleza, que nos sostiene y nos da fuerzas.
Cuando nos sentimos pecadores, infieles, indignos de su amor, confiemos en su infinita misericordia que nos acoge con amor de Padre y nos hace dignos de relacionarnos con Él, con el don de la piedad.
Seamos fieles a la voluntad de Dios en todo momento y aprendamos a amarlo por sobre todas las cosas.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Cuántas agitaciones nos ahorraríamos si estuviéramos más vigilantes en amar, solo y siempre y por encima de todo, ese querer de Dios! Es la única Luz necesaria que ilumina, sostiene, fortalece, equilibra y otorga la paz del corazón! (P.M.)