Siempre podemos buscar la perfección en todo lo que hacemos. No para ser mejor que los demás, sino al contrario, para servir mejor a todos.
Buscar la perfección del amor. Aquel amor que Jesús nos enseñó y que se diferencia por ser: Inclusivo, porque ama a todos; propositivo, porque ama en primer lugar; estratégico, porque ama como el otro quiere ser amado; perseverante, porque sabe perdonar y recomenzar; único y universal, porque reconoce la presencia de Jesús en todos; exponencialmente intenso, porque está abierto a la reciprocidad.
Cuando tenemos este concepto del amor en nuestro corazón, orientamos todas nuestras elecciones hacia el bien y perseveramos en la caridad con todos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Caridad es un amor que el corazón recibe del cielo, pero que, para crecer, necesita, como las plantas, del agua y el sol, el cuidado... ¡y el sacrificio! Porque tendemos a amar lo que es amable. Dios, porque nos ama, nos hace amables. (P.M.)