El diálogo siempre es un desafío. Requiere desprenderse de la propia idea y un gran respeto por la idea del otro que va más allá de todo prejuicio.
La multiplicidad de pensamientos invadió los medios de comunicación y nos deja confundidos, incluso con relación a valores que hacen parte de nuestra formación familiar y cultural.
Más que nunca, es necesario dialogar con todos. Abrirse al diálogo teniendo como motivación el amor al prójimo.
Cuando se escucha por amor, es inmediata la respuesta: el otro a su vez, se interesa en escuchar.
El enfrentamiento conflictivo no convence a ninguna de las partes, en cambio el diálogo es capaz de hacer una síntesis que extrae el bien de todos los aspectos y compone un todo armonioso y sano, que posibilita la convivencia pacífica y la aceptación de las diferencias.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Es una fuente la Verdad, no un "estanque". Y no es tuya ni mía ni propiedad de alguien. La Verdad nos precede a todos. Es Dios la Verdad y es el Amor. No llegamos, por eso, a la verdad con divisiones e intolerancias, sino con el amor. (P.M.)