Crecer en comunión es vivir por el otro. Es poner en común las ideas, los bienes, los talentos, las necesidades, los dolores y las alegrías. Es una comunión de vida.
Todos son llamados a la comunión, pero cada uno según su propia medida. Debe ser libre y espontáneo, motivado únicamente por el amor a Dios y al hermano.
Debemos ir más allá de la comunión de sólo lo superfluo, de lo que nos sobra. Debemos poner en común según la necesidad del otro o la necesidad de la comunidad.
La comunión es diferente de la donación. Lo que se pone en común no le pertenece a uno o al otro, nos pertenece a todos.
Cuando hay comunión material y espiritual, nos convertimos realmente en un solo cuerpo y un solo espíritu.
Comunidad, vidas en comunión, donde el ser y el tener de cada uno se convierten en patrimonio de todos, administrado con el amor recíproco.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¡Ojalá estos medios nos sirvan no solo para comunicar saludos y noticias sino, sobre todo, corazón y alma y vida interior! Si “un amigo fiel es medicina de vida” ¡cuánta SALUD y presencia de Dios podremos procurarnos mutuamente! (P.M.)