A quien está en necesidad, no sólo debemos ayudar por descargo de conciencia. Debemos amar a aquella persona, debemos servirla. Esta es la gran diferencia.
La ayuda desinteresada no crea vínculos. El amor ya es un vínculo. Hermana e iguala a quien ayuda con el que está siendo ayudado.
Por lo tanto, al ver a alguien que necesita ayuda, recordemos amarlo. Nuestro gesto, incluso siendo pequeño, tendrá otro significado.
Para amar hoy, podemos dar cualquier tipo de ayuda: dar un consejo, escuchar, estar a lado, incentivar, valorar las cualidades de la persona, orientar, o incluso conseguir una ayuda material.
Es decir, hacer que el otro sienta nuestra cercanía.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Nuestro amor comprende los problemas que afligen a la humanidad, es verdadero y realista, nada ilusorio, solo cuando sabemos hacernos prójimos -cercanos- de quien tenemos cerca, y lo amamos y comprendemos y servimos. (P.M.)