Me hace mucho bien en la vida cuando confirmo la intención de mis acciones con un “Por ti”. Le da sentido a todo lo que hago, queda establecida en aquel momento una cooperación: ya no soy más solo yo el que hago las cosas, sino Dios está conmigo.
Redoblar la intención de amar, también la atención al hermano, porque estoy haciendo un acto dirigido directamente a Dios.
Todo: cada gesto, cada palabra, cada actitud en casa o en el trabajo, todo: “Por ti Jesús” o “Para ti, Dios mío”.
El deseo de amar ya es amor, pero un gesto de amor concreto declarado es el sello de una relación sincera entre Dios y yo.
Que al final de este día pueda hacer un examen de conciencia y darme cuenta que mi jornada fue una obra maestra de amor, construida en coautoría con Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
El amor que ponemos en cada cosa es el empuje vital que nos eleva. ¿De qué no será capaz un padre, una madre, por su hijo, su hija? "Por Ti", le decimos a Dios; y eso que hacemos cobra la fuerza del amor. ¡Probemos! Cambia la vida. (P.M.)