“El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos.” (1Jn. 5,3)
Los mandamientos de Dios son tan completos que incluso una persona que no tiene una religión, si los pone en práctica, vivirá en paz.
Reflexionemos sobre uno ellos que es bastante universal: “Amar a tu prójimo como a ti mismo”. El mismo Jesús dijo que este mandamiento es similar al que dice amar a Dios sobre toda las cosas. (Cf. Mt. 22,34-40)
Podemos amar al prójimo en todo momento. Y cuando lo hacemos motivados por el amor a Dios, llegamos a creer en el amor, porque se vuelve verdadero en nosotros mismos.
Por lo tanto, creer en todo momento en el amor de Dios, no es un simple acto de voluntad, es la consecuencia de todos nuestros actos de amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Que es como el Sol ese Amor: también con un cielo nublado, Él está. Y "más se nos manifiesta cuanto más hondo se esconde": en lo más ordinario y sencillo, en el dolor y en el gozo... Es Amor que busca amor y enciende la fe. (P.M.)