Es la sal de la convivencia; rompe distancias y nos acerca enseguida mutuamente. Aunque nos cueste un esfuerzo ser cordiales por tener que "poner amor donde no hay amor" o superar alguna penilla personal... La cordialidad es curativa. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Una sonrisa, una palabra de respeto, un tono de voz tranquilo: acciones sencillas que crean vínculos, calman la tensión y transmiten paz.
La cordialidad es una expresión de bondad, paciencia y amor práctico. No exige un esfuerzo excesivo, pero sí pide atención y un corazón dispuesto a ver más allá de uno mismo.
Ser cordial es sembrar paz. Es elegir no devolver la agresión con agresión, sino responder con amabilidad y respeto.
Cada gesto de cordialidad es un destello de luz que ilumina la convivencia y acerca los corazones.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento