Cuando nuestras relaciones se vuelven frías, rutinarias, solo funcionales, es como si hubiera muerto entre nosotros el espíritu y el corazón. No, Dios no quiere eso para nosotros; nos quiere personas despiertas, cordialmente entregados. (Padre Manolo Morales o.s.a.).
Cuando nos entregamos, compartimos tiempo, atención, cariño e incluso silencio, si eso es lo que el corazón del otro necesita.
Este gesto siempre es una vía de doble sentido: quien da, también recibe. Al ofrecer lo mejor de nosotros mismos, la vida se llena de sentido, porque cada acto de dar es un vínculo que nos acerca a Dios y a las personas. No se trata de perderse, sino de multiplicarse.
El verdadero dar se hace con alegría, sin esperar nada a cambio. Es la entrega que nace de la gratitud y de la fe, de que el amor siempre regresa, transformándose en nueva vida.
Entregarse es dejar que la luz del amor desborde nuestro corazón en pequeños gestos que iluminan el mundo que nos rodea.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Entrada principal
PALABRA DE VIDA OCTUBRE 2025. «Mi auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra» (Sal 121,2).
¿Quién no ha sentido alguna vez en la vida que no puede más? Es lo que le pasa al autor del salmo 121, que pasa por circunstancias difíciles...
-
Ha sido un persona con una ternura especial... una persona que amaba...una persona que deja una huella que no se borrará jamás para los qu...
-
EL GEN ROSSO - INTERNATIONAL PERFORMING ARTS GROUP nace en 1966 en Loppiano, una pequeña localidad en las colinas toscanas, cerca de Flore...
-
Oración de Chiara Lubich: Te quiero no porque he aprendido a decírtelo, no porque el corazón me sugiera esta palabra, tampoco porque la fe m...