La del anciano, el discapacitado, el emigrante, el enfermo terminal, el que está por nacer... No valemos por lo que producimos o por lo útiles que resultamos, sino por lo que somos: criaturas de Dios, con un alma inmortal. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La vida humana, en todas sus fases, desde la concepción hasta la muerte, es preciosa y debe ser preservada de la mejor manera posible.
Para aprender a defender la vida en todos sus aspectos, podemos empezar tratando de cuidar mejor nuestra propia vida: asegurando una buena alimentación, haciendo actividades físicas, descansando adecuadamente.
Cuando estamos bien, amamos más y mejor a nuestros hermanos y hermanas, y cuidamos también de sus vidas.
Cuando nos cuidamos, aprendemos a cuidar del medio ambiente, de los demás seres vivos, de la naturaleza en general.
Lo precioso de la vida está en el momento presente, porque es ahí cuando ella se concreta. Y, si estamos en el amor, comprendemos su inmenso valor.
¡Vivamos la vida!
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento