¡Qué confortante espectáculo la legión de hombres y mujeres dedicados a cuidar, curar, sostener, aliviar al enfermo, al que sufre! Aprendemos de ellos la compasión por nuestras debilidades y la grandeza del corazón humano. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Para quien esté interesado, estas son las preguntas de nuestro examen final. Sólo nos preguntarán sobre el amor al final de la vida, y nada más.
Visitar a un enfermo, cuidar de él, incluso cuando es amigo o familiar, debe ser hecho reconociendo la presencia de Jesús en él. Esto lo ayuda doblemente, pues tiene el consuelo de la presencia amiga y la presencia de Dios en nosotros, que lo visita.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento