Ahí, como pececillos, en ese agua fuimos creados. ¿Qué es la familia sino el espacio del amor? Que los egoísmos y los odios ni enturbien ni hielen el agua, porque, por mucho que nos movamos, todo será dolor y muerte. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuando nos amamos como Jesús nos pide; es decir, como Él nos amó, nos reconocemos como hermanos y hermanas, porque nos reconocemos hermanos de Jesús.
Cuando nos encontramos con el objetivo de vivir la unidad construida a partir del amor mutuo, las otras personas nos observan y nos reconocen como cristianos.
Por tanto, el amor mutuo puede ser nuestra identidad de cristianos, el modo por el que somos reconocidos.
Personalmente puedo decir que cuando vivo el amor recíproco con los demás, me reconozco, me encuentro conmigo mismo.
Entiendo que fuera del amor mutuo nada tiene sentido, porque fui creado para eso: para vivir en el amor.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento