Lo recuerda la fe que nos ha hecho hermanos y nos convierte hoy a todos en "romericos de corazón" camino de Santiago. Que aliente Él la peregrinación de nuestra vida y nos mantenga fieles hasta el final de los tiempos. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
La conciencia de nuestras debilidades puede asustarnos y desanimarnos; sin embargo, la fe en que nunca estamos solos nos da coraje y fuerza para seguir adelante.
El apóstol Pablo dijo que prefería jactarse de sus debilidades porque, reconociéndose débil, se manifestaba en él la fuerza de Cristo. La gracia de Cristo era su fuerza y eso le bastaba. Por lo tanto, no podemos desanimarnos por nuestras debilidades, porque, con Dios, cuando somos débiles es que somos fuertes. (Cf. 2Cor 12, 9-10)
Jesús prometió que, si permanecemos unidos a Él, haremos las obras que Él hizo y aún mayores. (Cf. Juan 14,12)
Es bueno reconocer nuestras debilidades, pero sin desanimarnos, porque confiamos en la acción de Dios en nuestra vida, que nunca nos deja solos.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento