Forman ellos parte de la debilidad nuestra que reclama a gritos la presencia del "Único Fuerte". Nuestro "sí" a Dios es un sí a la vida, que no es siempre lo que nos gustaría que fuera, pero que Él acompaña indefectiblemente. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cualquiera que sea la situación, debemos abandonarnos completamente en las manos de Dios y confiar en su amor providente. No importa cuánto una misión, una tarea, un proyecto, pueda amedrentarnos, lo importante es saber que estamos cumpliendo la voluntad de Dios.
Jesús cumplió su misión hasta el final, pasando por el sufrimiento más atroz. Aceptó todo por amor y el amor venció al miedo.
Tratemos de amar con un amor extremo, que supere el miedo, el dolor e incluso la muerte.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento