Dóciles ¿a qué o a quién? Ni nuestros encuentros ni nuestros desencuentros satisfacen o se resuelven solo con palabras. Antes de hablar, es necesario escuchar y ser dócil al corazón que debo tener limpio y clarividente. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Cuando tratamos bien al otro, con amabilidad, lo animamos a actuar de la misma manera. Esto genera un clima de armonía en las relaciones y crea un ambiente social sano y pacífico.
La exhortación de Jesús va más allá de la simple docilidad y dice que debemos amarnos unos a otros como Él nos amó.
Por tanto, ser dócil por amor nos hace vivir el mandamiento nuevo también en este aspecto.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento