Como todas las verdades de fe, esa ternura se descubre solo cuando se practica. "Se cree con el corazón". Miro con humanidad, sensibilidad y misericordia a los demás, y por esa mirada penetra la gracia y la verdad de Dios. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
Primera carta de Juan 4:8: " El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor."
Por tanto, para descubrir la ternura de Dios es necesario experimentar el amor.
La ternura de Dios siempre nos acompaña, pero sólo nos damos cuenta cuando vivimos el amor que Jesús nos enseñó.
El otro día escuché el testimonio de un amigo, que decía que había hecho decididamente un gesto de amor por alguien y que le costó cierto sacrificio. El resultado fue ver la alegría del otro y sentir en su corazón la ternura de Dios, el calor de su presencia, de su infinita bondad.
Incluso el gesto más simple, cuando se hace por amor, nos hace descubrir la ternura de Dios que invade nuestro corazón y nos da consuelo y aliento para seguir amando.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento