Porque ahí, dentro de mí, "habla" una ley que yo no me he dado (la Voz del Bien), que me precede, y que debo obedecer si quiero ser y sentirme libre. Es toda mi dignidad y mi grandeza. Ahí estoy solo/a con Dios. (Padre Manolo Morales o.s.a.)
A partir de esto, la voz de la conciencia se convierte en nuestra mejor consejera, destacando las cualidades que deben evolucionar para mejorar, mostrándonos los errores y defectos que requieren corrección.
Cuando tenemos el deseo de amar en nuestro corazón, escuchar la voz de nuestra conciencia significa mantener una conversación constante con Dios que habla dentro de nosotros.
Las manifestaciones de la conciencia son variadas: puede ser el silencio, una advertencia de peligro o un estímulo para permanecer del lado del bien. O podría ser un arrepentimiento, un deseo de recomenzar y corregir las etapas oscuras de nuestra vida.
De todas las formas, ella nos ayuda a ser mejores personas.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento