Progresar en Dios significa crecer en la fe; significa no tener una fe pequeña que siempre espera una señal, sino creer sin ver, confiar.
Significa progresar en hacer el bien, en vivir el amor, buscando cada día la perfección de la Caridad, que solo se encuentra en Dios.
Los días se repiten, pero dentro de nosotros se renueva el deseo de hacer que cada día sea único, porque el Espíritu Santo actúa en quien ama, y hace todas las cosas nuevas.
Progresamos en Dios con una fe inquebrantable, con una esperanza fortalecida y con una caridad, que nos hace descubrir dentro de nosotros el vigor de una vida que no conoce monotonía.
Chiara Lubich solía decir: “Quien no progresa, retrocede.”
Por tanto, que cada momento sea un paso más de nuestra ascensión hacia Dios.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
"En Dios vivimos" -¡a oscuras, claro!- como vive el bebé en el vientre materno. Somos hijos de Dios en gestación. Libres. Misteriosamente libre nuestro cordón umbilical. ¿Nos resistiremos a crecer? Un día "seremos dados a luz". (P.M.)