Cuando alguien que vive en los caminos del mal se arrepiente y se convierte al bien, es como alguien que estaba muerto y vuelve a la vida, alguien que estaba perdido y fue encontrado. Es de esto que habla la cita de arriba.
Es la experiencia del hijo pródigo que regresa a la casa del padre y es recibido con fiesta.
La conversión de corazón es motivo de gran alegría. Es una gran alegría para quien se convierte, y también para los que esperaron, desearon y rezaron por esta conversión.
Jesús nos enseñó mucho sobre la conversión. De hecho, Él dice además en el capítulo 15 de Lucas, que hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por 99 justos que no necesitan de conversión. (Cf. Lc. 15,7)
Por lo tanto, hagamos fiesta por toda conversión de corazón: tanto la nuestra como la de los demás.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
Es sábado. En la gran Familia humana, una Madre, la Virgen (también citada 34 veces en el Corán), nos recuerda, por muy "alejados" que vivamos unos de otros, que somos todos hermanos. Cada acercamiento mutuo es su gozo y el nuestro. (P.M.)