El verdadero perdón recíproco es reconciliador y fortalece la relación.
Reconciliarse es restaurar la salud de una relación debilitada por los resentimientos, por los rencores, y en la mayoría de las veces, por los malentendidos.
La reconciliación no debe hacer que la relación sea la misma de antes; debe hacerla mejor que antes, más sólida y más viva, madurada por el dolor de la separación.
Todas las razones de la división deben ser eliminadas a través del amor recíproco transparente y libre de intereses.
Abrazos,
Apolonio Carvalho Nascimento
¿Quién se atreverá a mirar a Dios a los ojos con el odio a sus hermanos en el corazón? Nos lo tiene dicho, que "aborrece y rechaza" las oraciones cuando no se respeta y ama a sus hijos con el corazón, con la palabra y con las obras. (P.M.)